Rousseau es un filósofo que nació en Ginebra el 28 de Junio
de 1712. Perteneció a una familia económicamente modesta y recibió una
deficiente educación religiosa.
Su padre le abandonó porque tuvo que exiliarse
de Ginebra para evitar la cárcel.
Rousseau es acogido por su tío y recibe por primera vez una
cierta educación escolar de manos de un clérigo.
A sus 16 años se lanza al mundo aventuradamente hasta que
parte a Paris donde presento a la Academia de las Ciencias un sistema de notación
musical ideado por él. En 1750 recibió el primero premio por su “Discurso sobre
las ciencias y las artes”. Después vuelve a Ginebra y publico libros como El
contrato social y El Emilio. Por esta obra se le condena aunque
finalmente consigue escapar.
Más tarde viaja a Suiza e Inglaterra hasta que reside en
casa de Hume y finalmente regresa a París. Muere a los 66 años en Erménonville.
El Paidocentrismo de Rousseau
Este pensamiento invierte la visión del mundo: del pecado
original al buenísimo natural. Además coloca el error y la maldad en los
adultos no en los niños. La educación sólo se puede producir en libertad.
El niño debe ser capaz de aprender por sí solo, sin
coacciones ni castigos. De esto podemos deducir que el bien más valioso no es
la autoridad, sino la libertad. Para ello hay que dejar madurar al niño en las “etapas”
que se describen en El Emilio.
Antepone la educación de los sentimientos a la educación de
la razón, debido a que ser humano es más importante que ser sabio.
En conclusión, me gustaría destacar que lo más importante en
la enseñanza es que el alumno aprenda y para ello hay que conocer al niño como
es y no como un hombre en miniatura.
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